PRIEGO DE CÓRDOBA

Priego de Córdoba
Priego de Córdoba es uno de los pueblos más bellos de Andalucía. Lo primero que sorprende al viajero es su impresionante enclave, rodeado de montañas y de un extenso manto de olivares.

Un calmado paseo por el sinuoso entramado de callejuelas y placitas, cargadas de flores, del típico Barrio de la Villa (declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1972), te devolverá sensaciones de otros tiempos.

Abrazando el Barrio, se encuentra el seductor Balcón del Adarve, tajo natural asomado al paisaje andaluz.

De sus edificios civiles destaca el Castillo, fortaleza originariamente árabe de carácter militar, las Carnicerías Reales, un bello edificio del s. XVI que fue antiguo mercado y matadero municipal, y, sobre todo, el que es el monumento más emblemático de la ciudad: La Fuente del Rey: una simbiosis perfecta de piedra y agua. 139 caños de los que manan constantemente agua, con mascarones de piedra de rostros fantasmagóricos. Declarada Monumento Nacional. En el mismo recinto se encuentra La Fuente de la Salud, también declarada Monumento Nacional, manantial originario de la ciudad.


Cuando el barroco irrumpe en la ciudad, llena sus calles de edificios señoriales y de monumentales iglesias. Éstas son verdaderos tesoros de arquitectura, decoración e imaginería. Destacan la Parroquia de la Asunción con su imponente Sagrario, una obra maestra del barroco andaluz; la exuberante decoración de la Iglesia de la Aurora; la Iglesia de San Francisco que alberga dos de las joyas de la imaginería de la ciudad: Jesús Nazareno y Jesús de la Columna; la Iglesia de las Angustias, la del Carmen, la de las Mercedes o la de San Juan de Dios.

Priego de Córdoba cuenta, además, con cuatro interesantes museos: El Museo Histórico Municipal, la Casa-Museo lozano Sidro, pintor del s. XIX considerado como uno de los mejores ilustradores españoles; el Centro de Arte A. Povedano del Paisaje Español Contemporáneo y la Casa Museo de Niceto Alcalá-Zamora, el que fuera primer presidente de la II República española.

Dos jardines con mucho encanto, el Paseo de Colombia y La Huerta de las Infantas, invitan a un reposado paseo entre flores, agua y exuberante vegetación.